Nota: Este articula puede ser sensible para la gente Hopi.
La exhibición nativo americana en el Museo Etnológico en Berlín, Alemania, tiene cientos de artículos en exposición, incluyendo recipientes de arcilla y cestas trenzadas. Muchos de los artefactos provienen de la región Chugach de Alaska. Los artículos fueron recolectados en los 1880 por el explorador Johan Adrian Jacobsen.
Pero en una ceremonia durante esta primavera pasada, nueve artículos de la colección fueron retornados a la Corporación Chugach Alaska, en Estados Unidos. Estos incluyeron máscaras funerarias de madera y una cesta para bebés. Se determinó que estos artículos fueron robados de una tumba.
ELAN FLEISHER—LOOKFOTO/GETTY IMAGES“En el momento, estos objetos fueron tomados sin el consentimiento de los nativos de Alaska”, dijo Hermann Parzinger, un funcionario del museo alemán, en el evento del 16 de mayo. “Por lo tanto, no pertenecen en nuestros museos”.
John Johnson estuvo presente para aceptar los objetos en nombre de la comunidad nativa de Alaska. Por 40 años, ha estado en la búsqueda de retornar los artículos pertenecientes a sus antepasados.
Una manera de proceder
A partir del siglo 19, museos americanos y europeos pidieron a exploradores que recolectaran objetos de tribus amerindias. Cementerios y artículos sagrados estaban prohibidos para los exploradores. Algunos compraron artículos de la gente nativa. Algunos los intercambiaron. Otros, como Jacobsen, saquearon las tumbas en búsqueda de objetos para exhibir, y hasta robaron restos humanos.
En 1990, el Congreso aprobó la Ley de Protección y Repatriación de Tumbas Nativo Americanas. Permite a las tribus nativas recuperar artículos sagrados o culturalmente importantes de museos de EE.UU. Pero la ley no aplica afuera del país.
Una vez que los objetos nativos salen de EE.UU., puede ser difícil recuperarlos. En 2013, docenas de objetos de la tribu Hopi se vendieron en un remate en Francia. Los miembros de la tribu Hopi trataron de detener la venta. Pero Francia no tiene leyes contra la venta de dichos objetos.
Podría haber un cambio en el horizonte. “Existe un movimiento en algunos países para afrontar el asunto”, dijo Sally Yerkovich a TIME for Kids. Es la directora del Instituto de Ética de Museos. Es su trabajo ayudar a los museos a exhibir artículos de diferentes culturas responsablemente. Por ahora, dice, depende de los museos y coleccionistas decidir la mejor manera de manejar objetos culturales. (Lee “Por fin en casa”).
Construir vínculos
En 2015, John Johnson fue a Berlín a reunirse con conservadores en el Museo Etnológico. Después de estudiar los artefactos en su colección nativo americana, los conservadores acordaron que nueve de los artículos deberían ser retornados a Alaska.
RALF HIRSCHBERGER/PICTURE ALLIANCE/GETTY IMAGES“No fueron obligados a devolver estos artículos”, dijo Johnson. “Sus consciencias les dijeron que era lo correcto”.
Eventualmente, los artículos fueron entregados a la tribu Chugach. Serán exhibidos en un museo local para aumentar la concientización sobre la historia cultural de Alaska. Johnson dice que este es únicamente uno de los resultados de desarrollar relaciones con los museos. “La mejor parte de esto”, dice, “es que alienta a otros museos a trabajar de cerca con otras tribus. Y esto es importante”.
Por fin en casa
Los artículos culturales una vez hurtados y mostrados en museos alrededor del mundo están siendo retornados a sus tierras nativas.
Llevar al hogar el bronce
GEORGE HOLTONEl palacio real del Reino de Benín, en Nigeria actual, estaba decorado hace tiempo con esculturas de bronce. Pero en 1897, soldados británicos robaron las estatuas de bronce de Benín y las enviaron por barco a Europa. Ahora, funcionarios del museo han acordado prestárselas a Nigeria. Para preparar la llegada al hogar, Nigeria construirá un museo para exhibirlas.
Retorno de un soldado
ATTA KENARE/AFP/GETTY IMAGESHace más de 80 años, parte de una escultura antigua de un soldado persa fue robada en Irán. Fue encontrada más tarde en un museo canadiense. Pero, nuevamente fue robada. Apareció en una feria de arte en la Ciudad de Nueva York en 2017. Un juez dictaminó que debía ser devuelta a Irán. En octubre de 2018, fue exhibida en el Museo Nacional de Irán.