Una recuperación difícil
Cuando el huracán Charley golpeó Punta Gorda, Florida, en 2004, demolió el restaurante Monty’s. La dueña Diane Caputo necesitó más de tres años para volver a abrir nuevamente su ubicación original. Cuando el huracán Ian se acercó a la costa este pasado septiembre, le fue mucho mejor al restaurante.
“Tenemos agua adentro y hemos estado limpiando desde que Ian pasó”, dice Caputo. Pero ella pudo reabrir en una semana.
Esto se debió a que Monty se reconstruyó más fuerte. Florida tiene reglas de construcción estrictas. Esto asegura que construcciones nuevas pueden resistir un huracán.
Pero reconstruir es caro. A diferencia de Caputo, para muchos de los residentes y propietarios de negocios afectados por Ian está fuera de su alcance. Una casa nueva, por ejemplo, está obligada a tener persianas contra huracanes o ventanas resistentes a impactos. Estas pueden sumar miles de dólares a los costos de construcción.
Costos adicionales como estos hacen que el precio de casas nuevas en Florida sea más caro. En general, los costos de viviendas en el estado han estado subiendo. Pronto, únicamente la gente adinerada podría vivir en Florida, dice Roy Wright. Él dirige el Instituto de Seguros para la Seguridad de Comercios y Casas, un grupo sin fines de lucro. “Esto probablemente significa que habrá una demografía diferente viviendo ahí en cinco años”, dice, “de la que ha vivido ahí durante los últimos 30 años”.
JOE RAEDLE—GETTY IMAGESCosto de vida
Las reglas de Florida para edificios nuevos entraron en vigor en 2002, después de la destrucción causada por el huracán Andrew en 1992. Pero aquellas reglas no protegen casas más viejas. Las más vulnerables entre estas se construyeron en el periodo entre los años de 1960 y 1980. Se construyeron con materiales más baratos y métodos diferentes que los que se usan hoy. Estas casas más viejas son lo que muchas personas mayores y trabajadores de servicios pueden permitirse.
Para personas como Todd Lurty podría ser difícil empezar de nuevo. Ian destruyó su casa rodante en Pine Island, en la costa del golfo de Florida. La casa rodante era la sede de su negocio de tours de barco, FunShine Island Services. Desde Ian, menos turistas está yendo a la isla. Lurty cree que eventualmente regresarán. “No he perdido la esperanza”, dice, “y esto es prácticamente lo único que tenemos en este momento”.
THOMAS O’NEILL—NUR PHOTO/GETTY IMAGESLecciones para aprender
Se ordenó a más de 2.5 millones de personas que evacuaran antes de que llegara Ian. Muchas permanecieron en sus casas. Irse no era posible para ellas. El transporte, la vivienda y los alimentos todos cuestan dinero. Y estar lejos de casa podría durar días o hasta semanas. Según GlobalPro, una familia puede gastar $5,000 para evacuar durante un huracán.
WILFREDO LEE—APFlorida está recibiendo ayuda federal para desastres para reconstruir. Pero Wright espera que habrá más inversiones estatales y locales para ayudar a los residentes de bajos ingresos. “Me gustaría ver a ellos hacer que estas sean más asequibles para la persona promedio de clase trabajadora”, dice Lurty, “no solo para millonarios y billonarios que pueden venir y construir estas casas lujosas enormes”.
JOE RAEDLE—GETTY IMAGESCaputo dice que es vital aprender de estos desastres mientras se reconstruye. “Estamos entrando en nuestro 40º año del negocio… No es nuestro primer rodeo”, ella dice. “Uno no puede controlar a la Madre Naturaleza. Por lo que tenemos que estar preparados”.
Más fuertes
GERARDO MORA—GETTY IMAGESLos huracanes en el Océano Atlántico están siendo cada vez más fuertes. Y la probabilidad de tormentas más poderosas ha aumentado en comparación con solo unas pocas décadas atrás.
Parte de esto se debe a que nuestros océanos se están calentando. Los huracanes empiezan en el mar y sacan energía de aguas más cálidas. Esto puede significar vientos más fuertes. También puede significar lluvias más abundantes. —Por Brian S. McGrath