La narradora
Cuando Jane Goodall tenía 6 años, ella se despertaba con frecuencia por las sirenas. Esto ocurría durante la Segunda Guerra Mundial. Las sirenas advertían que los aviones del enemigo estaban volando sobre su ciudad inglesa. Su hermana corría hacia el refugio antiaéreo. Pero Goodall se rehusaba. “No quería dejar mi cama”, dice.
La misma terquedad la llevó a convertirse en la primatóloga más reconocida del mundo. En 1960, ella estuvo por meses en los bosques de Tanzania, en África. Ella esperaba para que los chimpancés la aceptaran. Cuando lo hicieron, Goodall pudo observarlos de cerca. Ella descubrió que usaban herramientas.
CBS/GETTY IMAGESEn 1962, profesores criticaron a Goodall por usar nombres y emociones humanos para describir a los simios. “Seguí calladamente haciendo lo que sabía que estaba bien”, dice. Su creencia en que los chimpancés eran animales inteligentes es ahora ampliamente aceptada.
En 1986, Goodall fue a una reunión sobre la pérdida del hábitat. La reunión cambió sus ideas sobre la naturaleza. Hacer investigaciones ya no sería lo suficiente. Goodall empezó un programa de viajes, trabajo de caridad y activismo. Después de 35 años, aún está trabajando.
Contar su historia
Goodall comparte la historia de su vida para que las personas se entusiasmen sobre el medioambiente. “Tienes que llegar al corazón”, dice. “Yo hago esto por medio de la narración”.
WOLFGANG KUMM—PICTURE ALLIANCE/GETTY IMAGESAntes de la pandemia, ella viajaba 300 días al año. Ella hablaba en reuniones de escuelas, conferencias y programas de televisión. Marzo de 2020 vio el cierre por COVID-19. Goodall terminó sus viajes. Durante el año y medio pasado, ella ha pasado horas cada día haciendo lecturas y entrevistas virtuales. Sus historias dejan a las audiencias sintiendo esperanza sobre nuestro planeta.
Permanecer esperanzado
Goodall promueve la idea de que “todos pueden hacer su parte”. Los críticos dicen que, para hacer una diferencia, se necesitan cambios grandes en las empresas y los gobiernos. Kumi Naidoo es un activista sudafricano. Él dice que Goodwall estaba “avanzada por su tiempo” con respecto a aumentar la concientización. Pero, agrega, “todos nosotros en el movimiento ecológico… debemos reconocer que … no hemos entregado los resultados que teníamos la intención de entregar”. Esto ha llevado a que activistas jóvenes tomen estrategias más agresivas, como huelgas en las escuelas.
SUMY SADURNI—AFP/GETTY IMAGESAun así, muchos nombran a Goodall como una inspiración (lee, Raíces y Brotes). Vanessa Nakate es una activista de 24 años. Ella dice que Goodall le enseñó “que proteger nuestros ecosistemas es muy importante”.
El 31 de octubre, los líderes mundiales se reunieron en una conferencia del clima de dos semanas. Muchos activistas jóvenes temían que la conferencia no llevaría a la acción suficiente. Pero Goodall está determinada a encontrar esperanza. “No diría que tengo optimismo. Pero todos mis dedos están cruzados”, ella dice. “Lo positivo es que hay mucha más concientización”.
HECTOR RETAMAL—AFP/GETTY IMAGESRaíces y Brotes
Goodall empezó el programa de activismo juvenil Raíces y Brotes. Fue en 1991. Hoy, tiene grupos en más de 60 países. Según el Instituto Jane Goodall, por lo menos 100,000 niños y adolescentes están realizando más de 5,800 proyectos comunitarios. Ellos apoyan a las personas, animales y el planeta. Goodall dice que es importante para los jóvenes conservar la “esperanza de que sus acciones pueden hacer una diferencia”.
DUFFY-MARIE ARNOULT—WIREIMAGE