En 1959, Rena “Rusty” Kanokogi ganó una competición de judo en Nueva York. Se le quitó su premio. Esto se debió a que era una mujer. Ella fingió ser un hombre para competir. Kanokogi se puso como meta ayudar a las mujeres en judo.
COURTESY PETER PERAZIO PHOTOGRAPHYLa lucha de Kanokogi
En 1962, Kanokogi se mudó a Japón para estudiar judo. Ahí, se la invitó a entrenar y pelear con hombres. Más tarde ese año, Kanokogi regresó a Estados Unidos. Ella persuadió a las asociaciones de judo a realizar eventos para mujeres. Ella hasta ayudó a pagar por el primer campeonato mundial de judo de mujeres. Esto fue en 1980. Se realizó en la Ciudad de Nueva York. El evento ayudó a llevar al judo de mujeres a las Olimpiadas en 1988. Kanokogi entrenó el equipo olímpico. El judo de hombres ha sido un deporte olímpico por más de 20 años. Ahora hay siete eventos de judo de mujeres en las Olimpiadas. Gracias a la perseverancia de Kanokogi.
COURTESY KANOKOGI FAMILY COURTESY KANOKOGI FAMILYContar su historia
En agosto de 2009, Rusty Kanokogi recibió una medalla. Fue la medalla que se le quitó hace 50 años. Ella murió más tarde ese año. Pero su historia continúa. Su hija, Jean Kanokogi, publicó un libro. Ella comparte la historia de su mamá con otros. “La historia de Rusty es realmente la de una persona común que hizo cosas extraordinarias”, ella dijo a TIME for Kids. Quiere que la historia motive a otros. Ella espera “ayudar a las personas a darse cuenta de que pueden hacer cualquier cosa que deseen”.
COURTESY KANOKOGI FAMILYEl trayecto de Rusty
COURTESY KANOKOGI FAMILYKanokogi creció en Brooklyn, Nueva York. Es ahí donde se unió a una clase de judo. Ahora esa calle tiene su nombre. Uno de los estudiantes de judo de Kanokogi logró que esto ocurriera. El nombre de la calle muestra que Kanokogi era “impresionante”, según su hija. Pero también muestra el profundo respeto que sus estudiantes le tenían.