Las águilas remontan

El águila calva es un símbolo de fuerza. Estas aves rapaces son de gran tamaño. La envergadura de sus alas puede ser de ocho pies. Pero no hace mucho tiempo, su población era débil. Hoy en día, las aves son una historia de éxito para la conservación.

Cuatro águilas calvas reposan en Alaska. Allí viven unas 30,000 águilas calvas. Es común verlas.

Salvar a las águilas calvas

En los años 70, las águilas estaban en problemas. Un producto químico llamado DDT se usaba en todo el país. Se suponía que debía matar a las plagas. Pero también dañó a otros animales y a las personas. El DDT debilitó las cáscaras de los huevos de águila. Debido a esto, nacieron menos aguiluchos. El DDT fue declarado ilegal en 1972. Para entonces, la población de águilas era muy baja.

Un águila calva anida con sus dos aguiluchos. Las madres suelen poner de uno a tres huevos al año.

Personas de todo el país trabajaron para proteger a las aves. Los conservacionistas trajeron águilas sanas de otros lugares, como Canadá. Y se aseguraron de que los huevos de águila tuvieran un lugar seguro para nacer.

Ahora, las águilas ya no están en peligro de extinción en EE.UU. Su número está creciendo en muchos estados. Pero las aves aún enfrentan peligros. Son atropelladas por autos. Se enredan en el hilo de pescar. Y se enferman de gripe aviar. La enfermedad está afectando a animales de todo el país.

Esta águila, Freedom, vive en un zoológico en New Jersey. En enero, el estado retiró a las águilas de su lista de especies en peligro de extinción.

Hacer nuestra parte

Matthew Palumbo es biólogo de vida silvestre. Quiere que todo el mundo se preocupe por las águilas. Dice que todos podemos hacer nuestra parte. Palumbo le dijo a TIME for Kids que la gente debería limpiar su basura. Esto ayuda a mantener “el agua limpia, el aire limpio y el suelo limpio”.

Un águila calva se acerca para aterrizar en Canadá. Más de la mitad de las águilas del mundo viven en Canadá.

Si tienes suerte, es posible que veas un águila en la naturaleza. Pero asegúrate de verla desde lejos. “Una forma de ayudar a protegerlas es darles suficiente espacio”, dice Palumbo.