Puede haber una nueva forma de salvar a las abejas melíferas en peligro de extinción. Una compañía llamada Dalan Animal Health está fabricando una vacuna. Protege a las abejas de una bacteria asesina. Este germen se llama loque americana. Se propaga de colmena en colmena.
PHILIPPE LEJEANVRE—GETTY IMAGESDalan obtuvo la aprobación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para desarrollar la vacuna. Es la primera de su tipo.
La vacuna también ayudará a los apicultores. Su negocio depende de las abejas. Tauzer Apiaries es un negocio en California. “Este es un emocionante paso hacia delante para los apicultores”, dice la compañía.
MONTY RAKUSEN—GETTY IMAGESUna pérdida grande
El número de abejas está disminuyendo. La pérdida de hábitat, los pesticidas y las enfermedades son algunas de las causas. Perder abejas es un problema grande. Polinizan las plantas. Esto produce muchos de nuestros alimentos. Podemos agradecer a los insectos por uno de cada tres de los alimentos que comemos.
ANASTASIIA KRIVENOK—GETTY IMAGESLos apicultores estadounidenses perdieron más de un tercio de sus colonias de abejas melíferas en 2019. La loque estadounidense podría empeorar las cosas. Puede acabar con colonias enteras. Una colonia promedio tiene alrededor de 60,000 abejas.
Alivio dulce
Las vacunas generalmente se administran con una aguja. No esta. Se mezcla con jalea real. Las abejas obreras hacen la cosa azucarada para alimentar a la reina. La vacuna daría inmunidad a la enfermedad a los bebés de la reina. Eventualmente, toda la colonia sería inmune.
JOCELYN WINWOOD, NZ.—GETTY IMAGESHasta ahora, las colonias infectadas debían ser destruidas. Eso evitó que la enfermedad se propagara. La vacunación es una forma más segura de mantener la urticaria llena de vida.
Poco tiempo
CHRISTIAN NIEDERMEYER—GETTY IMAGESLas abejas melíferas no viven tanto como solían hacerlo. Los científicos en Maryland hicieron este descubrimiento.
Las abejas viven unos 18 días. Hace cincuenta años, vivían cerca de 34 días. También producían más miel. Los científicos dicen que los pesticidas podrían ser los culpables. Las enfermedades y la pérdida de hábitat también podrían ser causas.