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Rastreador de la vacuna

ARIANA DREHSLER—AFP/GETTY IMAGES

Mientras el camión de entregas serpenteaba por las carreteras del norte de California, analistas observaban cada aspecto de su trayecto. Podían ver las paradas que el conductor hacía. Sabían el clima en exteriores. Lo más importante es que sabían la condición de la carga valiosa a bordo: miles de dosis de la vacuna de COVID-19.

En el camión había cajas que contenían bandejas de la vacuna. Cada bandeja con por lo menos 975 dosis, contenía sensores, dispositivos de rastreo y hielo seco. En diciembre, Pfizer se convirtió en la primera compañía en enviar la vacuna de COVID-19 en Estados Unidos. Las dosis deben permanecer congeladas entre -112°F y -76°F. Esto es más frío que las temperaturas de un congelador normal. (El congelador en tu casa probablemente está a 0°F).

MANTENLA FRIA Un congelador en un hospital en Louisville, Kentucky, contiene los viales de la vacuna Pfizer. Se almacena a -74° Celsius o alrededor de -101° Fahrenheit.

SCOTTY PERRY—BLOOMBERG/GETTY IMAGES

Los analistas detectaron un problema. Un par de bandejas se enfriaron demasiado. Se hizo una llamada al conductor del camión, a quien se le dijo que no entregue esas bandejas. “Nunca salieron del camión”, dijo Gustave Perna a reporteros, el 16 de diciembre. Él está a cargo de la logística de la Operación Velocidad Warp, el programa de vacunación de EE.UU. “Las devolvimos de inmediato”.

Los envíos de la vacuna de COVID-19 son complicados. El transporte de millones de viales a cada rincón del país es exigente en sí mismo. Pero mantener las dosis congeladas correctamente es aún más difícil. Para asegurar una entrega segura, el gobierno de EE.UU., los fabricantes de medicamentos y las compañías de entregas han desarrollado una red de dispositivos de monitoreo y sistemas de detección.

Tecnología útil

Cada caja de la vacuna de COVID-19 de Pfizer incluye un dispositivo GPS, un control de temperatura y un código de barra que se escanea una vez que llega a su destino. Si las dosis llegan al lugar equivocado o si los viales se calientan o enfrían demasiado, los funcionarios reciben un alerta de inmediato.

EN MOVIMIENTO Trabajadores de UPS en Louisville, Kentucky, reciben un envío de la vacuna de COVID-19 de Pfizer. Las cajas luego se cargan en camiones y se envían para su entrega.

MICHAEL CLEVENGER—GETTY IMAGES/POOL

Esta información se transmite al Centro de Operaciones de la Vacuna, en Washington, D.C. Es donde los funcionarios vigilan la Operación Velocidad Warp. Ahí, docenas de analistas trabajan detrás de hileras de monitores de computadora. Cuatro pantallas grandes brillan con datos sobre cada entrega del día.

El equipo miró ahí el desarrollo del problema de la temperatura en el norte de California. Más tarde, vio el mismo asunto en Mobile, Alabama. “Misma anomalía”, dice Perna.

Este fue uno de los primeros problemas de la entrega que enfrentó Perna y su equipo. No será el último. El problema con las entregas fue un inconveniente. Pero los funcionarios estaban contentos de que la tecnología diseñada para detectarlo había funcionado. Se enviaron bandejas de reemplazo a Alabama y California.

Más en camino

Otra vacuna, hecha por la compañía Moderna, se está distribuyendo ahora. Requiere un almacenamiento a largo plazo y un envío a -4°F. Es mucho menos frío que lo que requiere la vacuna de Pfizer. Y más vacunas están cerca de ser aprobadas.

LISTA PARA SALIR En EE.UU., la distribución de las vacunas de COVID-19 empezó en diciembre. Aquí, trabajadores en Olive Branch, Mississippi, preparan un envío de la vacuna de Moderna.

PAUL SANCYA—GETTY IMAGES/POOL

Para rastrear todo, el gobierno desarrolló un software nuevo. Se llama Tiberius. Permite a las agencias estatales y federales ver sus pedidos y rastrear sus vacunas dentro de las áreas que sirven. “Pueden entrar y realmente obtener información bien detallada para tomar decisiones”, dice Deacon Maddox de la Operación Velocidad Warp.

Cada jueves, los productores de vacunas informan a la Operación Velocidad Warp la cantidad de vacunas disponibles para la semana siguiente. El viernes, Tiberius ejecuta un programa para determinar las dosis disponibles para cada estado. El sábado, los estados finalizan sus pedidos. Las entregas llegan el lunes.

¡LLEGO! Un trabajador lleva una caja de la vacuna Pfizer a la farmacia del Centro Médico de Boston, en Massachusetts, el 14 de diciembre.

JESSICA RINALDI—THE BOSTON GLOBE/GETTY IMAGES

La Operación Velocidad Warp tenía la esperanza de vacunar a 20 millones de estadounidenses contra COVID-19 para fines de 2020. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., casi 4.5 millones de personas han recibido una dosis al 4 de enero. El director anterior de los CDC, el Dr. Tom Frieden, dijo a TIME que el país “debería enfocarse en enviar rápidamente la vacuna, lo más extensa y equitativamente posible”.

Las primeras personas en vacunarse han sido los trabajadores de atención médica y los adultos mayores. Pero hasta con la ayuda de la tecnología, no se espera que una vacuna esté disponible para la mayoría de los estadounidenses por lo menos hasta la primavera.

VACUNACION El Dr. Anthony Fauci recibe su primera dosis de la vacuna de COVID-19, el 22 de diciembre.

PATRICK SEMANSKY—GETTY IMAGES/POOL