Basta de basura
En una mañana lluviosa de diciembre en Helsinki, Finlandia, Minh Anh Ho, de 11 años, está encorvada sobre un microscopio. Sus compañeros de clase están ocupados con otras tareas. Uno está entrevistando al alcalde para un noticiero de TV. Otro está dirigiendo la compañía eléctrica. Como una investigadora para una compañía que reutiliza plástico, Minh Anh está analizando una hoja de envoltorio plástico. “Es realmente un trabajo importante”, ella dice. “El plástico lleva muchísimo tiempo en desaparecer, por lo que sería bueno pensar qué otra cosa hacer con este y no simplemente desecharlo”.
INGMAR BJÖRN NOLTING FOR TIMEEl centro de aprendizaje donde Minh Anh y su clase están pasando su día está diseñado para presentar a los niños a la vida laboral. Los estudiantes dirigen una ciudad imaginaria, con cada niño haciendo un trabajo diferente en un negocio diferente. Cada año, alrededor del 83% de todos los estudiantes de sexto grado en Finlandia pasan por el programa. Este les enseña no solo sobre los negocios y trabajar, sino también, como aclara el “trabajo” de Minh Anh, sobre la economía circular.
INGMAR BJÖRN NOLTING FOR TIMELa economía circular
La mayoría de las sociedades tienen una economía lineal. Operan en un modelo de “tomar, hacer, desechar”. Esto ocurre cuando se toman recursos naturales de la Tierra y se hacen productos con estos. Cualquier sobrante (junto con los productos en sí, cuando ya no son útiles), usualmente se desecha.
En 2016, Finlandia se convirtió en el primer país en adoptar una “hoja de ruta” hacia una economía circular. Este modelo se enfoca en la transformación de productos existentes. Los negocios confían en materiales reciclados o reutilizados y usan menos materias primas para hacer sus productos. Esto reduce la cantidad de basura que va a los vertederos.
“La gente piensa que solo se trata de reciclar”, dice Nani Pajunen. Ella es una experta en sostenibilidad en Sitra, el grupo que ha dirigido el movimiento de Finlandia hacia una economía circular. “Pero realmente se trata de repensar todo: productos, desarrollo de materiales, cómo consumimos”.
La educación siempre ha sido una parte central del plan de Finlandia. La clave para cambiar una sociedad dice Pajunen, es hacer que las personas comprendan la necesidad de una economía circular y cómo pueden ser parte de esta.
Lecciones importantes
INGMAR BJÖRN NOLTING FOR TIMELa directora de Kindergarten Liisa Woitsch está sentada en el piso con estudiantes y una silla de madera rota. “¿La tiramos simplemente a la basura”, ella pregunta, “¿o pueden pensar qué otra cosa podemos hacer con ella?”. Un niño pequeño golpea la silla. Dice que puede usarse como un tambor.
Anssi Almgren ayudó a diseñar el currículo. “Los niños tienen muchas ideas excelentes”, él dice. “Queremos capacitarlos para que piensen en soluciones”.
Pero cambiar una sociedad educando a su juventud lleva tiempo. Tina Harms nunca ha escuchado el término “economía circular”. Su hija Karin, de 19 años, dice que ella ha estado al tanto de este “prácticamente toda mi vida”. Karin persuadió a su familia a trabajar más arduamente para reciclar. Al principio, Tina era escéptica. Separar los plásticos era inconveniente.
Pero Tina piensa diferente ahora. “Creo que, si tienes un adolescente con sentimientos fuertes sobre algo”, dice, “es muy desalentador si nosotros los adultos no mostramos que estamos listos para hacer un esfuerzo adicional para cambiar”.
Como nuevo
INGMAR BJÖRN NOLTING FOR TIMESwappie es una compañía en Finlandia que renueva teléfonos iPhone. Maneja cada paso del proceso. Esto incluye recibir los teléfonos usados, repararlos y enviarlos en buenas condiciones.
La investigación de la compañía sugiere que muchos clientes compran teléfonos Swappie por la calidad garantizada y el precio más bajo. Pero algunos clientes tienen otra razón: la motivación de la compañía ha hecho que ser dueño de un Swappie sea más genial que comprar un teléfono nuevo.