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Por el planeta

p. piel—ullstein bild/getty images

​​Jane Goodall era una niña terca. Ella no siempre hacía lo que se le pedía. Pero su terquedad la llevó al éxito. Ella se convirtió en la primatóloga más conocida del mundo.

Jane Goodall visita el Centro de Educación de Conservación de la Vida Salvaje de Uganda, en África, en 2018.

SUMY SADURNI—AFP/Getty Images

En 1960, Goodall pasó meses en los bosques de Tanzania, en África. Los chimpancés de ahí la aceptaron. Ella descubrió que usan herramientas.

En 1962, profesores dijeron que Goodall no debería usar nombres y emociones humanos para describir a los chimpancés. “Seguí calladamente haciendo lo que sabía que estaba bien”, ella dijo. Muchos expertos hoy están de acuerdo con sus métodos.

Goodall aparece en un programa de televisión en 1965.

CBS/Getty Images

En 1986, Goodall empezó hacer trabajo de caridad y activismo. Han pasado más de 35 años. Todavía sigue haciendo su trabajo.

Contar su historia

Goodall comparte su historia de vida para hacer que las personas se preocupen por el medioambiente. “Uno tiene que llegar al corazón”, dice. “Yo hago esto por medio de la narración”.

Goodall comparte un momento con un mono araña en Peñaflor, Chile, en 2013.

HECTOR RETAMAL—AFP/Getty Images

Antes de la pandemia de COVID-19, Goodall viajaba 300 días al año. Ella hablaba en reuniones en escuelas y en conferencias. Ahora da clases y entrevistas virtuales. Sus historias dejan a las audiencias sintiéndose esperanzadas.

Inspirar a otros

Muchas personas llaman a Goodall una inspiración. Vanessa Nakate es una activista del clima. Ella dice que Goodall le enseñó que “proteger nuestros ecosistemas es muy importante”.

Un grupo de niños rodea a Goodall en un jardín botánico en Berlín, Alemania, en 2015.

Wolfgang Kumm—Picture Alliance/Getty Images

David Attenborough hace películas sobre la naturaleza. Él habló con TIME sobre Goodall en 2019. “Ella es una mujer increíble”, dijo.

Raíces y Brotes

Goodall empezó un programa de activismo juvenil en 1991. Se llama Raíces y Brotes. Hoy, tiene grupos en más de 60 países. Por lo menos 100,000 niños y adolescentes están realizando más de 5,800 proyectos comunitarios. Ellos apoyan a las personas, los animales y el planeta. Goodall dice que es importante para los jóvenes conservar la “esperanza de que sus acciones pueden hacer una diferencia”.

Duffy-Marie Arnoult—WireImage