Massimo Bottura es un chef. Él abrió un restaurante hace 27 años en Italia. Ha sido nombrado el mejor en el mundo dos veces.
Pero Bottura dice que su logro más importantes es el Refettorio Ambrosiano. Su menú cambia diariamente. Todo depende de lo que llega en la entrega de la mañana. Un día, la entrega tiene pollo. Está cerca de su fecha límite de venta. Hay naranjas demasiadas feas para el supermercado. Para la cena, los ingredientes se convirtieron en algo delicioso.
LUCIA BURICELLI FOR TIME
Bottura tiene 13 Refettorios alrededor del mundo. No son restaurantes. Son comedores comunitarios. Pero Bottura no los llamaría así. Él piensa de ellos como lugares que respetan la dignidad de sus huéspedes. Estos huéspedes incluyen refugiados, personas sin hogar y desempleados. Por una hora, ellos pueden olvidarse de los desafíos de la vida.
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Hacer una diferencia
Los refettorios de Bottura llaman la atención al problema del desperdicio de alimentos. Los chefs preparan comidas completas de excedentes de alimentos. Ellos aprovechan al máximo cada ingrediente, desde cáscaras de verduras hasta pan duro.
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Convertir ingredientes básicos en comidas maravillosas es la magia de Bottura. Su abuela le enseñó cómo hacer esto. “Lo que piensas que son desechos de alimentos son una oportunidad de crear algo maravilloso”, él dice.
JULIA ASSIS—REFETTORIO GASTROMOTIVA
Los chefs de los restaurantes de Bottura aprenden su método para cocinar. Además, aprenden que él quiere hacer una diferencia. “Todos tienen la habilidad de contribuir a un cambio positivo”, dice. “Empieza con todos nosotros, en nuestros propias cocinas”.
Creación de un movimiento
Bottura pensó en la idea de Refettorio Ambrosiano en 2015. Se le pidió cocinar para la gran apertura de una evento importante. Bottura sugirió algo diferente. Él quería cocinar para las personas sin hogar. Él invitó a los mejores chefs del mundo para que ayuden. Hoy, el Refettorio es “un movimiento”, dice Bottura.